
Puede que hayas visto en la televisión a grandes compañías tirando residuos en el mar, o contaminando el aire con las centrales nucleares, sin embargo, contaminar nuestro medio ambiente está al alcance de todo el mundo, y por tanto, también lo está el intentar cuidarlo.
A lo largo de la Historia se ha especulado mucho sobre el impacto de los seres humanos en el medio ambiente, cosa que está vista por algunos países desarrollados como una quimera, sin embargo, la realidad aplastante es otra; el planeta está pero que hace unos años; la Antártida sufriendo deshielo, miles de especies de animales extinguiéndose y un montón de muestras de que nuestras acciones tienen consecuencia con el aumento del CO2 en la atmósfera y el mal uso de los recursos naturales, alterando la biomasa y derivándose esto en consecuencias devastadoras.
Actividades que contaminan el medio ambiente
Para evitar el calentamiento global, es imperante que seamos conscientes de cosas que hacemos en nuestro día a día y que tienen su impacto:
No cerrar el grifo al cepillarnos o al ducharse. Una ducha de 15 minutos se estima que gasta 60 litros por Persona. Si cerrásemos el grifo para cepillarnos (utilizando un vaso) ahorrariamos 1400 litros de Agua por persona, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte.
Echar toallitas desechables por el retrete. No está preparado para ello, lo que puede inducir a atascos en los alcantarillados y depuradoras.
Usar bombillas incandescentes. Son las que tienen forma de pera, de las más antiguas con su hilo bien visible, que además de calentarse demasiado consumen mucha más electricidad, por lo que cambiar a bombillas LED supone además de cuidar el medio, un ahorro en la factura de un 20%.
Envoltorios y bolsas de plástico. El plástico tarda 5 siglos en destruirse, por lo que opta siempre por envases biodegradables o en su defecto, intenta reutilizar las bolsas de plástico para no generar más basura en el medioambiente.
Comprar productos fuera de temporada. Estos provienen de invernaderos y de empresas que prefieren ahorrar en Gastos para sacar mayor beneficio económico, a costa de contaminar más.
No reciclar de forma correcta. Por ejemplo, tirar pilas en el contenedor de la basura, las cuales contaminan debido a su alto contenido de mercurio, que puede impregnar el agua y matar a miles de animales marinos. Lo mismo ocurre con las mallas de plástico y otros productos de los que no nos solemos deshacer de la forma correcta.
Responsabilidad corporativa
Por suerte, cada vez más empresas son conscientes de este impacto ambiental, y optan por opciones más verdes, como la iniciativa ambiental ThinkGreen, que controla las emisiones de CO2 de los vehículos de empresa y vigila que estas cumplan con todos los protocolos establecidos para proteger al medio ambiente.
Así pues, no debemos dar la espalda a nuestro planeta, ya sea lavando los dientes de forma correcta o simplemente tirando ese chicle a la basura, o yendo al trabajo caminando, ya que entre todos, poco a poco, conseguiremos que nuestro planeta se recupere de los desastres que le hemos estado causando.