
Impulsados por la NASA, los Paneles solares pronto se convirtieron en una tecnología que permitía energías limpias y renovables. Aunque los primeros paneles solares no llegaron hasta 1954, ya en 1893 existía el concepto de célula solar y efecto fotovoltaico, pero no fue hasta que los laboratorios Bell fabricaron semiconductores de silicio (de forma accidental) cuando esta tecnología comenzó a crecer a pasos agigantados.
Los paneles solares funcionan gracias a los fotones, que no son otra cosa que partículas de luz. Al permitir estos el choque entre átomos y electrones al entrar en el panel solar, se genera una fuente eléctrica, que es almacenada para ser utilizada por los distintos equipos eléctricos.
Para poder realizar dicho trasvase, son necesarias unas células fotovoltaicas, capaces de detectar a los fotones (la luz) y convertirlos en electricidad. Los paneles solares están compuestos por varias placas de células fotovoltaicas.
¿Cuál es el secreto de dichas células? Es bien sencillo; gracias a que están compuestos de un material semiconductor (silicio habitualmente) cortado en láminas que se unen con otros materiales de modo que se genera una carga positiva y otra negativa, que favorece la creación de un campo eléctrico.
El fósforo y el boro suelen ser los componentes utilizados a mayores para generar y repeler electrones, respectivamente. Lo que se busca es el constante choque para que cada vez que un fotón incide en el panel solar, una nueva carga eléctrica nazca.
Para poder mantener “atrapada” toda esa energía, se necesitan otros elementos, principalmente conductores de electricidad situados a los lados de las células fotovoltaicas, que transfieren la electricidad hacia los cables, pudiendo en ese momento los electrones fluir como la electricidad que estamos acostumbrados a ver todos los días.
Además de los paneles mencionados, existen otro tipo de tecnologías relacionadas con estos, como los paneles termosolares, los cuales consiguen electricidad de una manera un tanto distinta a los paneles solares, pero siguen necesitando la ayuda de la luz solar para crearla.